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Dos periodistas asesinados en cuatro meses


La Unión Europea se encuentra conmocionada con la reciente muerte del periodista eslovaco Jan Kuciak, en días previos a la publicación de información sobre los vínculos de la mafia italiana la ‘Ndrangheta, con la cúpula del gobierno eslovaco.

El artículo fue publicado de forma póstuma con el título "La mafia italiana en Eslovaquia" en el portal de noticias Aktuality.sk, para el cuál trabajaba. Si se confirma la investigación, nos encontraríamos con que miembros de la ‘Ngrandheta se habrían podido infiltrar hasta llegar al núcleo de confianza del primer ministro eslovaco, Robert Fico. También destaca el nombre de Maria Troskva, asistenta personal de Fico, investigada por presuntos vínculos con la mafia cuando era directiva de la empresa italiana GIA Management. El periodista asegura que la mafia tiene o tenía decenas de empresas valoradas en millones de euros, gracias a que en Eslovaquia había encontrado “una segunda casa” al establecer relaciones con personalidades políticas influyentes, para conseguir con gran facilidad buenos negocios, subvenciones y fondos estructurales de la Unión Europea.

El joven periodista de 27 años fue hallado con dos tiros en el pecho junto a su pareja con un balazo en la cabeza, en el piso donde vivían cerca de Bratislava. Alrededor de los cuerpos había esparcida munición, una puesta en escena que el periódico describió como un posible aviso.

Dicha noticia ha producido un fuerte impacto tanto en el gobierno eslovaco como en la comunidad europea. Marek Madaric, ministro de cultura de Eslovaquia, ha presentado su dimisión, “No puedo tolerar que hayan matado a un periodista durante mi mandato”. Y las declaraciones del primer ministro donde prometía una recompensa de un millón de euros para aquél que pudiera proporcionar información para poder hallar a los responsables del crimen. Palabras que no casan con sus declaraciones anteriores sobre los medios, concretamente en una rueda de prensa en 2016 en la que declaró que ciertos periodistas eran “asquerosas prostitutas antieslovacas”. La ciudadanía se ha movilizado, igual que algunos compañeros del gremio como el periodista Arpad Soltesz que inquirió "los políticos tiene su parte de responsabilidad en el asesinato de Kuciak, al menos al propagar el odio contra los periodistas". También se produjeron congregaciones ciudadanas en ciudades como Bratislava y Praga para encender velas en memoria del periodista.

Por desgracia no se trata de un caso único y aislado, en octubre del pasado año 2017 se produjo el asesinato de Daphne Caruana, periodista de origen maltés que dirigía la investigación sobre la corrupción de los Papeles de Panamá en Malta, los cuales salpicaban al gobierno de Joseph Muscat. La periodista falleció en su coche al estallar una bomba lapa detonada a distancia.

Su hijo Matthew Caruana Galizia, también periodista de investigación en casos de corrupción, publicaba las siguientes duras palabras en su cuenta de facebook: "no es un asesinato común y no tiene nada de trágico. Trágico es que te atropelle un autobús. Cuando estás rodeado de sangre y fuego, es una guerra. Somos un pueblo en guerra contra el Estado y el crimen organizado, que se han vuelto indistinguibles". Palabras con mucho significado que retratan los duros momentos y la complicada lucha que se está llevando a cabo. Por denunciar la corrupción, la mala praxis de los gobiernos y el crimen organizado, lo que en definitiva se reduce en ensalzar los sistemas democráticos y defender la libertad de prensa.


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