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Serbia, una mirada al candidato aventajado de la UE


A mediados de 2017, el ex-primer ministro Aleksandar Vucic fue elegido Presidente de Serbia tras una primera vuelta en forma de plebiscito con un 55% de los votos a su favor. Su victoria daba a conocer un hombre que supo construirse una imagen de político moderado, renegando su pasado ultra-nacionalista para integrar el partido progresista de centro-derecha del país.

La influencia de Vucic sobre los medios y el aparato estatal favoreció en gran medida su candidatura y puede permitirle tener un control sobre su país para convertirlo en un polo de estabilidad.

El nuevo Presidente de Serbia tiene que lidiar con unos problemas sociales importantes en un país traumatizado por los años de guerra y la todavía presente tensión con sus vecinos. El último informe de Amnistía Internacional precisa las violaciones a los derechos humanos persistentes en Serbia como la gestión de la crisi de migrantes y refugiados cada vez más preocupante. Pero también menciona actos de violencia contra los periodistas, agresiones físicas y amenazas de muerte, que cuestionan seriamente el respeto de Serbia del derecho a la libertad de expresión y a la libertad de la prensa. Por otro lado, siguen vigentes graves problemas de precariedad y de falta de acceso a los servicios públicos para las personas sin residencia fija. Además, persiste el problema acerca del derecho a una vivienda digna. Después de su misión a Serbia, la ponente del Informe Especial de la ONU sobre Vivienda denunció "la situación deplorable personas, especialmente romaníes, viviendo en asentamientos informales sin acceso a servicios básicos"

Para intentar solucionar la complicada situación social, Vucic se apoya en una economía con un potencial importante para el desarrollo. Serbia sufrió contundentemente los daños causados por la guerra sobre su economía. Tuvo que reconstruirse, rehabilitando primero las numerosas infraestructuras destruidas y pasando después de una economía planificada a una economía de mercado. Tras la destitución del ex Presidente Federal Yugoslavo Slobodan Milosevic, acusado de crímenes de guerra y genocidio, en octubre de 2000, el país ha acelerado su liberalización económica. Causando un rápido crecimiento económico, el PIB per capita aumentó de 1.160$ en el año 2000 a 6.782$ en 2008. Ahora, la economía de Serbia se basa principalmente en los servicios, que representan alrededor del 63% del PIB. 

La crisis económica mundial no fue sin consecuencia para Serbia y provocó un desempleo general que aumentó hasta el 20%, afectando principalmente a los jóvenes, con una tasa de desocupación del 50%. Además, Serbia sufrió un crecimiento del déficit comercial que constituye una de las debilidades del país a nivel económico. Sin embargo, la inversión directa extranjera está en pleno desarrollo. El Director General de la multinacional Regus, Mark Dixon, declaró que "una serie de factores, un crecimiento del PIB superior al esperado, una propuesta de adhesión a la UE, un compromiso del gobierno serbio con la inversión extranjera, dan lugar a un gran optimismo sobre el potencial económico de Serbia. Además, las empresas no rezan para establecerse o desarrollarse, lo que resulta en una mayor demanda de soluciones de trabajo a medida en este país". 

Precisamente, la propuesta de adhesión a la UE (Union Europea) representa una perspectiva favorable para el desarrollo de la economía del país, y una segunda medida para solucionar los problemas sociales existentes. Además, la posibilidad de integrar el organismo europeo es avanzada. El Presidente de Serbia es pro-europeo y trabaja por lo tanto mano a mano con las instancias de la UE para perfilar un acuerdo cada vez mas cercano. Así lo afirmaba el Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, "Serbia y Montenegro serán miembros de la UE antes de 2025". Sin embargo, el asesinato de un dirigente político serbio en Kosovo el pasado martes hizo resurgir la tensión extrema entre los dos países, en plena negociación con la UE para el reconocimiento como país de Kosovo por parte de Serbia. Las tres partes deberán reanudar el dialogo para concretar un acuerdo y avanzar juntos hacia la adhesión a la UE. La gran esperanza de Serbia es la presidencia rotativa de Bulgaria muy favorable a las reinvidaciones de los Balcanes. Asimismo, Boiko Borissov, representante de Bulgaria al mando del Consejo de la UE, ha considerado la situación de los Balcanes como prioridad de su mandato. Serbia tiene entonces la posibilidad de avanzar considerablemente, siempre y cuando solucione sus divergencias con Kosovo.


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