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Menos insecticidas, más abejas


Ya ha pasado una semana desde que los países de la Unión Europea votaron a favor de la prohibición del uso exterior de tres neonicotidoines, por el peligro que estos representan tanto para las abejas silvestres y melíferas, como para otros insectos polinizadores. A partir de ahora, el uso de estos neonicotidoines solo queda permitido en invernaderos, donde no existe posibilidad de exposición las abejas.

Más específicamente, se han prohibido los productos: imidacloprid de Bayer CropScience, tiametoxam de Syngenta y clotianidina desarrolladas de Takeda Chemical Industries y Bayer CropScience. La Unión europea ya había optado por la prohibición parcial en 2013 sobre el uso de estos tres productos químicos en los cultivos de plantas que atraen a las abejas, como el maíz, el trigo, la cebada, la avena y la canola. Esta vez han ido un paso más lejos para defender la supervivencia de las abejas.

Así, este tema no solo se trata de biodiversidad, sino también de producción de alimentos y del medio ambiente. Esto fue confirmado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) tras la emisión de un estudio, publicado en Febrero de este año, donde se afirmaba que el uso de estas sustancias representan un riesgo para las poblaciones de abejas.

Debemos tener en cuenta que la desaparición de las abejas causaría un enorme daño ecológico, desestabilizando el equilibrio actual, ya que aproximadamente el 90 por ciento de las especies de plantas con flores y el 75 por ciento de los cultivos del mundo dependen de la polinización animal para sobrevivir[i]. Además, en Europa el 37 por ciento de las poblaciones de abejas está en declive y el 24 por ciento en peligro de extinción, según la Coalición para la Conservación de los Polinizadores.

 

Esta medida, aprobada con solo cuatro países en contra (República checa, Dinamarca, Hungría y Rumanía), ha sido aplaudida por los ecologistas y las organizaciones no gubernamentales que se dedican al ámbito del medio ambiente. Greenpeace afirma que es una victoria para las abejas, las demás especies, el planeta y las generaciones futuras, pero que lamentablemente no podemos poner punto y final, ya que el uso se sigue permitiendo en invernaderos y, según la ONG, “evidencia científica muestra que los neonicotinoides se filtran en el suelo alrededor de los invernaderos, contaminando los cursos de agua y amenazando a las abejas y otras especies”.

A pesar de todo, la decisión ha generado el rechazo de las dos empresa afectadas: Bayer y Syngenta. Estas compañías han criticado abiertamente la decisión de la Unión Europea, llegando Syngenta a calificarla de “decepcionante”, debido a su inadecuación para los agricultores y para el medio ambiente.  Por otro lado Bayer afirma que esta decisión restringirá las posibilidades de los agricultores europeos para actuar contra los parásitos.

Cabe añadir, sin desmerecer la opinión de las compañías, que la voz popular en este caso ha sido determinante, consiguiendo que más de cinco millones de personas firmaran la petición en la página de Avaaz  y que más de 649,100 personas firmaran una petición del grupo internacional de consumidores SumOfUs.

Foto: Asgeir Pall JuliussonFollowMessage para Unsplash