Conferencia

La figura heterodoxa de Pasqual Maragall presentada en Madrid



De la figura pública de Pasqual Maragall se ha hablado mucho - más aún en los últimos tiempos - por ello la presentación de la versión en castellano del libro "Pasqual Maragall: pensamiento y acción" de RBA en Madrid se planteaba como una ocasión única para acercar el personaje de Pasqual Maragall, analizada tanto desde una perspectiva ideológica como de acción política. En este sentido, Josep Maria Vallès, que presentó el acto destacaba que Maragall ha sido "una persona heterodoxa, a menudo mal interpretada o mal entendida". Tanto los autores como académicos resaltaron la originalidad del libro, que no es una biografía, ni tiene una perspectiva partidista, sino que se trata de un ensayo que parte del análisis de los textos del propio Maragall.

Dos de los autores del libro, Oriol Nel·lo y Joan Fuster-Sobrepere y los profesores Ignacio Sánchez-Cuenca y Antonio García-Santesmases protagonizaron un debate centrado en diferentes facetas de Pasqual Maragall. Nel quiso recalcar que el libro no es una biografía, sino un ensayo analítico a partir de los propios textos de Maragall. El autor destacó la importancia de la ciudad como un eje fundamental de las políticas del ex alcalde de Barcelona. Durante 15 años, dice Nel, Pasqual Maragall trabajó para la mejora de las condiciones de vida de la ciudad, el equilibrio entre los barrios, al tiempo que apostaba por una proyección internacional de la ciudad.

El famoso lema "La ciudad es la gente" resume la idea del político catalán sobre el que debía ser Barcelona. Al contrario de lo que pensaba la derecha catalana de la época, Pasqual Maragall concebía la ciudad como un lugar donde impulsar las relaciones sociales y combatir las desigualdades.

La visión de Maragall sobre la ciudad también es fundamental para entender su planteamiento federalista, que iba mucho más allá de España. La creación de redes de ciudades, de supresión de fronteras o la cooperación entre regiones se acerca mucho a las ideas clásicas de federalismo europeo.

Por su parte, el también autor de libro, Joan Fuster-Sobrepere destacaba de Pasqual Maragall una "coherencia interna extraordinaria" y unos valores y una sensibilidad única para percibir los cambios que vendrán. El autor destaca de Maragall una "libertad interior ilimitada, que le permitía poner en duda cualquier certeza. En este sentido, dice Fuster-Sobrepere era "el antipolítico".

De los 40 años de vida pública, Fuster destaca el periodo del 89 al 92. Según el autor, durante estos años Maragall prepara la transformación más importante que ha vivido Barcelona que coincide con el punto álgido de su pensamiento. Esta época coincide, además, con una etapa histórica crucial, con la caída del muro de Berlín, el inicio del deshielo, la firma del tratado de Maastrich o la Guerra de los Balcanes.

Los profesores Sánchez-Cuenca y García-Santesmases van referirse a la figura Maragall desde la perspectiva de aquellos que no lo conocen personalmente pero que han seguido su trayectoria de cerca. El politólogo Sánchez-Cuenca estableció varios paralelismos entre las figuras de Maragall y Zapatero, los dos políticos socialdemócratas que tuvieron la oportunidad de introducir cambios en el sistema autonómico, que ya había empezado a tambalearse con Aznar. Mientras en el libro los autores hacen referencia al periodo del Estatuto como una época "amarga", Sánchez-Cuenca prefiere hablar de "oportunidad perdida", una expresión que ya acuñó Josep M. Vallès, en un artículo de 2007. Zapatero y Maragall, dice Sánchez-Cuenca, tienen también en común, unos "liderazgos suaves", nada autoritarios, y con una agenda reformista que incomodaba algunos sectores sociales, especialmente las élites.

Antonio García-Santesmases, por otra parte, vivió de cerca los inicios de la creación del socialismo en Cataluña y destacó su sorpresa al ver la hegemonía del socialismo en Cataluña, que fue capaz de incluir la parte obrera, a menudo de personas inmigrantes provenientes de toda España, y el ala más progresista del catalanismo burgués.

El encargado de cerrar el acto fue el hermano de Pasqual Maragall, Ernest Maragall, actualmente político en activo, que destacó que la importancia de no obviar el momento actual y la necesidad de contribuir a denunciar las carencias democráticas del Estado .