La Fundación Catalunya Europa, en el marco del proyecto Re-City, ha presentado el Informe "Las desigualdades en el área metropolitana de Barcelona" que alerta de las grandes desigualdades aún existentes entre los 36 municipios del Área Metropolitana de Barcelona. Se trata del primer estudio que analiza hasta 50 indicadores diferentes de Barcelona y las ciudades que conforman la AMB desde la perspectiva de la sostenibilidad social y los compara con los del resto de Cataluña y los de otras 30 ciudades de todo del mundo.
El informe, coordinado por el catedrático de Economía de la UAB, Xavier Ramos, y elaborado por los investigadores Marc Tataret y Rubén García, es el primer estudio realizado por el Observatorio Re-City, que forma parte del proyecto Re-City impulsado por la Fundación Cataluña Europa con la colaboración del Área Metropolitana de Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Cataluña, la Fundación la Caixa, el Club Roma y la red Metropolis que agrupa 137 ciudades de todo el mundo.
El informe estudia el nivel de desigualdades económicas y las diferencias entre las rentas per cápita, tasa de desempleo, pobreza, recursos y servicios sociales, brecha salarial, acceso a la vivienda, instrucción de la población, participación social o esperanza de vida los municipios del AMB. En la presentación, su coordinador, Xavier Ramos, ha destacado que "las sociedades más desiguales son sociedades menos cohesionadas y con menos confianza en sus instituciones, lo que deriva en una peor gobernanza y bienestar para todos". Según Ramos "las ciudades tienen tendencia a ser más desiguales y se preocupan menos de las personas más vulnerables, pero es una situación que se puede dar la vuelta incidiendo con políticas públicas hacia las desigualdades".
El informe destaca que en el AMB, donde viven 3,2 millones de personas que aportan el 51,5% del PIB de Cataluña, existen fuertes desigualdades entre los municipios. Así, actualmente, la diferencia de ingresos de los habitantes según el municipio donde viven es ligeramente superior a la que había al inicio de siglo, mientras que entre 1985 y 2000 se había reducido. Además, la renta del 20% de la población más rica en el AMB casi quintuplica la del 20% más pobre. Una diferencia que es menor que en el total de Cataluña, donde la renta de los más ricos es hasta 5,5 veces más elevada que la de los más pobres. Según se desprende del estudio, la media de gasto público local en el AMB es de 1.267 € por habitante y año. Dos tercios de los municipios, sin embargo, no llegan a gastar 1.000 € por habitante y cuatro de ellos (Santa Coloma de Gramenet, Ripollet, Badalona y Sant Andreu de la Barca) dedican menos de 800 € per cápita. En el otro extremo, Castellbisbal, Barcelona, ??Sant Just Desvern y Sant Cugat del Vallès hacen un gasto público de más de 1.400 euros por habitante y año.
En la mayoría de municipios, cuanto más elevado es el PIB per cápita, mayor es el gasto público local por habitante. Según el informe, esto ocurre porque tienen una mayor base fiscal y, por tanto, más capacidad recaudatoria, ya sea porque concentran la actividad económica con mayor valor añadido o la población residente con una renta más elevada. Por el contrario, son los municipios donde los habitantes tienen una renta per cápita más baja, donde la proporción del gasto dedicado a servicios sociales es más alta, incluso, paradójicamente, por encima de municipios con una renta y PIB más elevado. En Badia del Vallès, por ejemplo, el gasto público por habitante es de 866 € pero hasta un 16,5% de estos se dedican a gasto social, situándose así como el municipio que dedica más parte de su gasto . Al otro lado, poblaciones como Sant Joan Despí o Begues, que gastan más de 1.100 € por habitante, destinan menos del 5% del gasto en temas sociales.
Para combatir estas desigualdades, el informe concluye que se necesitan "políticas de redistribución de alcance metropolitano para incrementar los recursos de los municipios que han de atender situaciones de urgencia social". Por ello se recomienda "igualar los servicios a los que tienen acceso los habitantes de la Barcelona metropolitana, que actualmente se ven determinados por el municipio de residencia de la población". Los autores también sostienen que "reducir las desigualdades metropolitanas en ingresos tendrá un impacto en la reducción en las consecuencias de la desigualdad, ya que éstas están fuertemente vinculadas con el nivel de renta de la población". Al acto de presentación también han intervenido Josep Maria Vallés, vicepresidente de la Fundación Catalunya Europa, Laia Bonet, teniente de alcalde de Agenda 2030, Transición Digital, Deportes y Coordinación Territorial y Metropolitana del Ayuntamiento de Barcelona, y Héctor Santcovsky, director del Área de Desarrollo Social y Económico de la AMB. Vallés ha subrayado que el estudio continúa abierto para incorporar nuevos indicadores mientras que Bonet ha celebrado la existencia de instrumentos como este que permiten conocer en detalle las desigualdades en los barrios y ciudades para poder intervenir y revertir la situación.