La rehabilitación urbana y los fondos europeos
"Hace tiempo que el problema de la ciudad contemporánea no tiene que ver con su expansión sino con la reconstrucción del espacio urbano y del parque de vivienda ya construida. Un reto que los Fondos Europeos de Recuperación pretenden abordar directamente, ofreciendo nuevas oportunidades de trabajo que hay que aprovechar conjuntamente", decía Oriol Nel·lo, profesor del Departamento de Geografía de la UAB y moderador de la cuarta sesión dedicada a la "Rehabilitación urbana y los Fondos Europeos".
Para abordar los retos de la vivienda desde diferentes ángulos, la Fundación Catalunya Europa, junto con la Oficina del Club de Roma a Barcelona y la Fundación la Caixa han puesto en marcha las Jornadas Municipalistas sobre vivienda, en el marco del ciclo " la transformación de la ciudad ". El programa cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, ??la AMB, la Diputación de Barcelona los ayuntamientos de Santa Coloma de Gramenet y Sant Boi de Llobregat y la colaboración del PEMB y Barcelona Global.
La mesa redonda ha contado con la participación del subdirector general de Suelo, Información y Evaluación del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Miguel Baiget, la decana del Colegio de Arquitectos de Catalunya, Assumpció Puig, la alcaldesa de San Boi, Lluïsa Moret, y el presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios de Barcelona (APCE), Lluís Marsà.
Las políticas públicas de rehabilitación del espacio público y del parque de vivienda existente en Catalunya y Barcelona representan un ínfimo 0,1% del PIB catalán, muy lejos del 0,6%-0,7% de media de muchos países europeos . Una crítica compartida por todos los ponentes, que ha servido a Miguel Baiget para enfatizar la urgencia de actuar y explotar el potencial de mejora del sector. Destinar poco presupuesto a la rehabilitación provoca que la tasa de renovación del parque residencial español sea 30.000 viviendas al año, entre ocho y diez veces menor a la de países como Francia, Alemania e Italia. Un hecho alarmante si consideramos que tenemos un parque de vivienda antigua, con más de la mitad de las viviendas construidas antes de 1980, y energéticamente deficiente, con más del 80% de los edificios con las peores certificaciones en términos de emisiones y consumo energético y sólo un 3% de los edificios con una calificación energética de A o B, tal y como apuntaba la decana del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya.
En este contexto, el gobierno español ha puesto en marcha diferentes estrategias para revertir estas cifras, todas ligadas a los Fondos Europeos de Recuperación. Con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, el gobierno se ha comprometido, de aquí a 2030, a incrementar exponencialmente las viviendas rehabilitadas hasta 300.000 al año, con la idea de que la rehabilitación puede convertirse en un sector estratégico para salir de la actual crisis económica y que, además, ofrece mejoras sociales y ambientales. Por otra parte, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, ha servido para adjudicar 3.420 millones de euros a cinco programas de ayudas diferentes destinadas a incentivar la rehabilitación de entornos residenciales a diferentes escalas, y que serán gestionados por las Comunidades Autónomas. Para alcanzar estos objetivos, se desarrollarán diferentes instrumentos a diferentes escalas, como programas de subvenciones para la rehabilitación, medidas de mejora del marco fiscal y normativo, una línea de avales para financiar la rehabilitación, y otros recursos dirigidos específicamente a entornos rurales.
En su intervención, Puig ha destacado la importancia de incidir en el beneficio social que supone el mantenimiento y la renovación de los edificios. Actualmente, las inversiones que se necesitan hacer para adaptar el parque existente catalán a los objetivos europeos superan los 16.000 € por vivienda, contando las mejoras de accesibilidad, las correcciones de deficiencias estructurales y la dotación de mayor eficiencia energética. Entre un 40 y un 80% de la inversión podrá ser cubierta por los Fondos Europeos pero el resto deberá abonar el propietario. Por lo tanto, existe el reto de impulsar y convencer de la necesidad de llevar a cabo estas rehabilitaciones, especialmente en aquellos barrios de mayor vulnerabilidad. También el de adaptar la normativa a estos nuevos planteamientos más sostenibles. Y finalmente el de trabajar transversalmente y formando e implicando a todos los agentes posibles, para que los instrumentos lleguen a todos y el éxito y los beneficios de la rehabilitación puedan ser compartidos. Tal como decía Puig, hay que convencer que "la rehabilitación de los edificios no sólo beneficia la propiedad, sino toda la sociedad. Estamos hablando de lucha contra el cambio climático."
Sobre este hecho ha incidido Lluïsa Moret, centrándose en la idea de que el objetivo no es sólo cumplir con la gestión de estos fondos, sino transformar las ciudades y la calidad de vida de los vecinos. Según la alcaldesa, la perspectiva de futuro debe ser la del desarrollo urbano sostenible, interviniendo de manera integral, integrada e integradora. Esto quiere decir que el planteamiento de rehabilitación debe ser una estrategia de ciudad, que puede servir para crear ecosistemas locales de colaboraciones público-privadas, y para abrir muchas puertas que favorezcan la reactivación económica, la generación de empleo y la exploración de nuevas lógicas de edificación más sostenibles. Pero, lo más importante es que se produzca el empoderamiento comunitario, que el vecindario participe de los procesos de rehabilitación y entienda la vivienda digna como un hecho vital a preservar. Esta aproximación al ciudadano es evidente que desde donde mejor se consigue es desde los ayuntamientos, y por eso que Moret reclama un mayor protagonismo de estos entes en la gestión de la rehabilitación.
El trabajo desde las administraciones públicas debe tener el apoyo del sector privado, aspecto que ha resaltado Lluís Marsà tanto en la rehabilitación, la regeneración y la renovación urbana. De hecho, actualmente la rehabilitación integral es un 20% más cara que construir de nuevo y esto explica en gran parte la paralización del sector. Marsá insiste en que es la administración quien debe dirigir estas cuestiones lo antes posible, destacando la gran falta de personal cualificado y de empresas destinadas a realizar actividades constructoras, así como la eventual incremento de precios para realizar rehabilitación y construcción nueva. También coincide con Puig en que la normativa de requerimientos constructivos es obsoleta y esto afecta a la capacidad para poder actuar. Por ello, Marsà defiende una mayor rapidez en la concesión de los planteamientos urbanísticos y las concesiones de licencias, sin las cuales no se podrá sacar provecho de los Fondos Europeos.
Finalmente, Oriol Nel·lo ha cerrado la sesión valorando los Fondos Europeos como una oportunidad única para la rehabilitación. El primero de los retos es asegurar la transversalidad de las intervenciones, tanto en sector como escalas diversas. También hay que primar la cooperación interadministrativa entre aquellas instituciones que tienen los recursos, las Comunidades Autónomas, y aquellos que presentan mayores problemáticas, sobre todo los municipios con barrios vulnerables. En tercer lugar, la importancia de implicar al vecindario en el proceso de co-producción de las políticas. En este sentido, hay que evitar que se generen efectos perversos entre ciudadanos en la gestión de estos fondos. Y, por último, un control y una evaluación adecuada de la capacidad de incidencia de estas ayudas. Un camino que implica necesariamente la cooperación y la implicación de todos los sectores.