Conferencia

Elspeth Guild: "Las entradas irregulares a la UE representan un porcentaje mínimo"



El año 2019 entraron más de 304 millones de personas en la Unión Europea. De este total, y según datos de Frontex, sólo 141.000 fueron entradas irregulares, aproximadamente, un 0,0005% del total de entradas.

"La gestión de las fronteras externas de la UE es excepcionalmente exitosa", decía Elspeth Guild, profesora de derecho europeo, justicia europea y asuntos internos en la Queen Mary University de Londres. Guild participó en el ciclo "¿Qué Europa queremos", organizado por la Fundación Cataluña Europa con la co-financiación del Parlamento Europeo en un acto dedicado al Pacto Europeo de Migración y Asilo.

Guild se preguntaba si, con estos números, podemos hablar de una crisis en la gestión de las fronteras externas. A juzgar por algunas decisiones de Bruselas, como el aumento sustancial del presupuesto dedicado a Frontex, estamos ante una crisis de dimensiones considerables, a pesar de que las estadísticas indican todo lo contrario.

La profesora de derecho europeo denunciaba que un informe de la ONU había recogido casos de torturas y trato inhumano o degradante a los migrantes que intentaban entrar en la Unión Europea, así como la implicación de Frontex en la expulsión de estas personas hacia Libia o Turquía. La responsable de migraciones en Instrategies, Gemma Pinyol, añadía que hay una enorme impunidad en las fronteras. "No hay sólo un problema de denuncia, ya que muchos de los casos están bien documentados, sino que estos delitos no se persiguen", decía Pinyol.

¿El nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo pondrá solución a algunos de estos retos? Según Elspeth Guild, el objetivo principal del pacto es revisar el sistema común de asilo europeo, aunque presenta problemas relevantes. Por ejemplo, no permite la apelación y la solidaridad entre Estados Miembros se basa en el pago de tasas de retorno de refugiados por parte de aquellos que no están en primera línea de recepción. Además, se hace una revisión poco sustancial del Reglamento de Dublín.

En este mismo sentido, Anna Terrón, directora de FIIAPP, exponía que este pacto no responde a una política común de migración, sólo a una política de retorno. Por lo tanto, se pone el foco en la expulsión, lo que condiciona la relación con terceros países. Además, denuncia Terrón, este sistema puede provocar conflictos entre aquellos países con un sistema de asilo robusto y otros con menos tradición, pero que se encuentran cerca de la frontera. No hay, por tanto, un sistema que sea realmente más solidario con los países que reciben un mayor número de migrantes.

Por su parte, Montserrat Feixas, directora de ACNUR en Europa Central, denunciaba la lentitud de los procedimientos para solicitar el asilo y la falta de solidaridad de los Estados. Feixas apostaba por un sistema más flexible, que permita otras opciones más allá del asilo. "A menudo llega gente que tiene necesidades de recibir protección, pero quizás no necesitan el asilo". Por Feixas, el nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo es un paso adelante porque pone énfasis en la mejora de la gestión de los procedimientos y aumenta el presupuesto para la integración local. Aún así, Feixas considera que la solución pasa por tratar la migración y asilo como un tema global. "La UE debe dar más ayudas a los países que están acogiendo grandes olas de refugiados, y esta ayuda no debe ligarse a los retornos de estas personas", defendía Feixas.

En el acto también ha intervenido el responsable de migraciones de Sant'Egidio que ha puesto en valor iniciativas de acogida promovidas desde la sociedad civil. Concretamente, ha puesto sobre la mesa un sistema de acogida capilar, promovido por Sant'Egidio, en el que familias o entidades se hacen cargo de la acogida, lo que facilita la integración de estas personas en la país de llegada.

El ciclo "¿Qué Europa queremos?" cuenta con la co-financiación del Parlamento Europeo. Esta conferencia ha tenido la colaboración de Fundación ACSAR.



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