"Barcelona, capital del Mediterrani. Democràcia local i combat per la pau" es el título de la publicación de Oscar Monterde, resultado de la Ayuda a la Investigación "Llegat Pasqual Maragall 2019". El libro analiza la acción internacional de Barcelona en la región mediterránea durante el periodo de la alcaldía de Pasqual Maragall en el marco de un contexto histórico y político regional post guerra fría.

"Este estudio se enmarca dentro de la necesidad de proyectar hacia el futuro el pensamiento de Pasqual Maragall y de agitar su debate", decía Oriol Nel·lo, profesor de de geografía en la UAB y patrón de la Fundación Catalunya Europa . El acto de presentación, celebrado en un entorno idóne, el Instituto de Estudios Mediterráneos (IEMed), sirvió también para abrir un debate en torno al presente y el futuro de las relaciones entre las ciudades mediterráneas y el papel que hay de jugar la ciudad de Barcelona.

Oscar Monterde, autor de la investigación y doctor en historia contemporánea por la UB explicaba los 3 ejes principales sobre los que se estructura la investigación. Por un lado, el papel de la red de ciudades en el conjunto de la acción internacional de Pasqual Maragall y como tejieron las primeras formas de cooperación entre ciudades del mediterráneo. En segundo lugar, el libro pone el foco en aquellas acciones que van más allá de las competencias estrictas de las ciudades, entre otros, la diplomacia local, la cooperación entre ciudades y la construcción de la paz desde la municipalidad. Dice Monterde que las ciudades pueden contribuir a dar una dimensión más humana a las relaciones internacionales, con una incidencia directa en la vida de las personas, tal como ocurrió con la relación que se creó entre Barcelona y Sarajevo en el contexto de la Guerra de Bosnia. Finalmente, Monterde añade la dimensión europea en las relaciones entre ciudades mediterráneas. Y es que, en efecto, los conceptos de "democracia local" y "combate por la paz" son claves en los grandes ejes que dibujan el pensamiento de Pasqual Maragall.

Barcelona pues, ha tenido una experiencia dilatada como actor local en las relaciones internacionales. Para Anna Terron, directora de FIIAPP y patrona de la FCE "hay que recuperar este legado para hacer un ejercicio de proyección hacia adelante". Los proyectos de democracia local y combate por la paz "son vectores de proyección muy clara hacia el futuro, especialmente si ponemos la mirada hacia Asia ".

Antoni Segura, presidente del CIDOB y catedrático de historia contemporánea, destacaba el impulso de las áreas metropolitanas como sujetos de las relaciones internacionales que llevó a cabo Pasqual Maragall. Segura pero, avisaba del retroceso que ha habido en los últimos años, provocado por una pérdida del diálogo y de la cooperación multilateral entre los países debido a los grandes baches vividos, entre otros, el de la crisis migratoria. "Soy pesimista respecto al Proceso de Barcelona y pienso que hemos perdido gran parte de este legado", se lamentaba.

Según Senén Florensa, presidente del IEMed, Barcelona debe contribuir a desarrollar el papel que se dibujó durante el proceso de Barcelona, ??es decir, trabajar para un área de paz y estabilidad en el contexto mediterráneo, por el progreso compartido y por el diálogo entre los pueblos. "Pasqual Maragall demostró que había que ejercer un liderazgo cívico, a partir de conceptos claves como la democracia urbana o el diálogo", afirmaba Florensa.

A pesar de que la situación en el Mediterráneo haya empeorado respecto a los años 90, hay que seguir trabajando para conseguir "menos muros y más puentes", tal como decía Oscar Monterde. La Europa de las ciudades es una de las grandes ideas fuerza de Maragall que continúa vigente hasta hoy para hacer frente a los grandes retos mediterráneos: las crecientes desigualdades entre las orillas y dentro de las propias orillas y la emergencia climática que amenaza a convertir las ciudades en un territorio inhabitable.

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