Conferencia

Ciclo de debates "¿Qué Europa queremos?"

Europa frente a la guerra en Ucrania



El calendario hizo coincidir el inicio del ataque militar de Rusia a Ucrania con la clausura del ciclo de debates "¿Qué Europa queremos?" organizado por la Fundación Catalunya Europa con el apoyo del Parlamento Europeo.

La pregunta del ciclo se convirtió en más pertinente que nunca por la acción bélica lanzada por Vladimir Putin ante la incredulidad de muchos analistas y de la actitud de Europa que, otra vez, después de los Balcanes, no ha sabido evitar una nueva guerra en el corazón del continente.

Para responder a la pregunta, la Fundación Catalunya Europa, reunió a tres ponentes expertos en el análisis de las relaciones internacionales:

- Patricia García-Durán, profesora de la UB e investigadora del Observatorio de Política Exterior Europea del IBEI.

- Jaume Masdeu, periodista de La Vanguardia y excorresponsal en Bruselas.

- Josep M. Lloveras, exembajador de la Unión Europa en la República Centroafricana, Serbia y Montenegro.

El acto fue moderado por el director del CIDOB, Pol Morillas, y presentado por el director de la Fundación Catalunya Europa, Pau Mas.

En su intervención, el director de la Fundación Catalunya Europa, Pau Mas, recordó que "en 1992 estalló el conflicto en los Balcanes, que Europa no supo evitar ni resolver, y en Ucrania de momento tampoco lo ha sabido detener. Por esto, habría que realizar algunas reformas como dotar de más competencias a la política exterior europea o establecer más coordinación entre los ejércitos”.

Por su parte, el director del CIDOB, Pol Morillas, recordó que el conflicto viene de lejos, ya que "no es el primer episodio que vivimos en Ucrania, pero ahora Rusia ha actuado rompiendo todos los consensos que se habían logrado en las últimas décadas en política internacional”. Morillas explicó que los conflictos actuales son muy complejos porque intervienen muchos factores en el ámbito comercial, económico, energético o tecnológico. Sin embargo, "en este caso, el conflicto está basado en una construcción falaz por parte de Putin, que afirma que Ucrania no existe como país, sino que es una invención para contrarrestar el papel de Rusia en el mundo, y que está liderado por figuras filo nazis que son un peligro de extrema derecha.Con este relato pretende construir la imagen de que aquel que es atacado es el causante del ataque.De hecho, Putin insiste en que cualquier baño de sangre que se produzca en Ucrania será consecuencia de la actitud del gobierno ucraniano", explicó el director del CIDOB.

¿Cuál es la causa del conflicto?

"Para mí, Rusia es el claro responsable de este conflicto, pese a todos los instrumentos de propaganda que tiene el régimen de Putin", dijo Jaume Masdeu, periodista de La Vanguardia y ex corresponsal en Bruselas. En su análisis de la situación, Masdeu, explicó que "el conflicto parte de una causa ficticia para intentar crear un nuevo orden internacional. Esta causa ficticia era la condición imposible que Putin puso al pedir que Ucrania renunciase a entrar en el futuro en la Alianza Atlántica, algo que no era en modo alguno asumible.Muchos aliados de la OTAN ya se opusieron en 2008 a abrir la puerta a Ucrania para evitar que Putin pudiera utilizar esta excusa en el futuro, como desgraciadamente ha ocurrido ". Pero la causa real, según Masdeu, "es que Putin quiere impedir el acercamiento de Ucrania a Europa ya su sistema de valores democráticos. Este ya fue el detonante de la revuelta que en 2013 provocó la caída del presidente ucraniano, Víktor Yanukovich, y la posterior reacción de Putin con la invasión de Crimea y la desestabilización de las provincias del este de Ucrania, por lo que el actual ataque militar no es un hecho puntual sino que forma parte de una estrategia para crear un nuevo orden internac cional y establecer una batalla por las narrativas del discurso dominante ante la opinión publica internacional".

En este sentido, el ex embajador de la Unión Europea, Josep M. Lloveras, fue muy gráfico con la situación actual: "viendo las imágenes por televisión del inicio del ataque militar de Rusia he tenido la sensación de vivir un momento histórico, al igual que me ocurrió el 9 de octubre de 1989 cuando cayó el Muro de Berlín, he tenido la misma sensación, pero de signo contrario, como si aquel mundo que se inauguraba hace treinta y dos años de repente. desmenuzara y perdiera vigencia.Si entonces desaparecía la división entre el este y el oeste, la guerra fría y un mundo bipolar, y teníamos la sensación de que entrábamos en un mundo de paz, ahora tengo la sensación de que todo aquello se deshace y vamos atrás".

Lloveras, que fue embajador de la UE en Serbia y Montenegro, y conoce muy bien la Europa del Este, también destacó, como algo positivo, que entre una imagen y otra, "Europa ha integrado trece países , la OTAN también ha sumado nuevos miembros, y se ha creado una mínima política exterior europea de seguridad y de defensa que antes no existía".

Al mismo tiempo, también coincidió con la importancia de la narrativa y el relato sobre la guerra que Kremlin intenta imponer en la opinión pública y los medios de comunicación. Lloveras aseguró que "nunca había visto tantas fake news y mentiras en acción juntas para justificar una guerra". "Vladimir Putin dice que interviene en Ucrania para desnazificar el país y para defender a los rusos de una limpieza étnica, entre otras barbaridades. Se trata de relatos falsos que se esgrimen para justificar una guerra, y eso creo que debe hacernos reflexionar en serio sobre el papel peligroso que juegan estos discursos de mentiras en acción".

"Lo que está pasando es una gota más en la carrera para liderar un nuevo orden internacional", afirmó Patricia García-Durán, profesora de la UB e investigadora del Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI). Según la experta, la reacción de Putin es un reflejo de la carrera entre Estados Unidos y China, junto a Rusia, para liderar un nuevo orden mundial y fijar las normas de la cuarta revolución industrial basada en la economía digitalizada, las nuevas tecnologías y la innovación. "Cada vez se confunden más las políticas de seguridad y las comerciales, dando paso a lo que llamamos geoeconomía. Un ejemplo es la guerra comercial que mantienen desde hace tiempo Estados Unidos y China. Con ello, y con acciones como las de Putin , se pretende poner en duda el orden económico liberal, el sistema de valores que constituyen el DNI de Europa y crear una desestabilización que tendrá graves consecuencias económicas”.

García-Durán no dibujó un panorama muy alentador. "El impacto económico de la guerra será muy negativo a consecuencia de las sanciones económicas de Occidente por aislar a Rusia, el principal de proveedor de energía, gas y petróleo de Europa. Esto producirá más inflación, menos comercio y la energía será más cara. Y el gran beneficiado de todo será China que en ningún momento ha roto las relaciones comerciales con Rusia y el mercado ruso será todo suyo". Una situación que, además, considera que nos conducirá hacia una reforma del orden económico mundial y hacia una división del mundo en bloques. Un mundo bipolar que recuerda, salvando las distancias, en el escenario de antes de la caída del muro de Berlín, al que se refería Josep M. Lloveras al ver por televisión las imágenes de la invasión de Ucrania.

Un indicador más de este proceso hacia un mundo dividido, apuntó Jaume Masdeu, "son las coincidencias entre Rusia y China, que recientemente firmaron un documento conjunto defendiendo una democracia basada en las tradiciones y un retorno a la ley del más fuerte, dejando claro que no quieren ningún tipo de interferencia de Occidente en sus zonas de influencia”.

¿Cuál es el objetivo de Vladimir Putin?

Para el ex embajador Josep M. Lloveras "el objetivo real de Vladimir Putin es destruir Ucrania como país pro europeo, pro occidental y estable, para debilitar el gobierno y crear una inestabilidad permanente para cortar de pura cepa un modelo que podría ser un mal ejemplo para la sociedad rusa”.

Ante la incertidumbre de saber hasta dónde será capaz de llegar Putin, los analistas intentaron desmontar el discurso oficial del presidente ruso. "¿Realmente Rusia está amenazada? Sus fronteras están rodeadas de enemigos como dice Putin?", se preguntó Lloveras, para afirmar a continuación: "Sinceramente, no creo que ésta sea una amenaza real que preocupe al mandatario ruso. Más bien, creo que lo que le preocupa en serio es la amenaza del modelo europeo y el hecho de que Ucrania crezca económicamente, consolide su democracia y gane estabilidad. durante años".

El periodista Jaume Masdeu apuntó que "desgraciadamente, Putin ha acabado actuando militarmente. En los últimos quince años nos hemos encontrado con una crisis económica, hemos sufrido una pandemia y ahora nos topamos con una nueva guerra en el corazón de Europa de una magnitud que todavía no conocemos, ya que a diferencia de la guerra en los Balcanes ahora existe la intervención directa de una potencia nuclear como Rusia”.

Por su parte, Pol Morillas, afirmó que "estamos ante un líder que ha actuado de forma muy poco racional y absolutamente vengativa”. Su objetivo "es controlar Ucrania, al igual que hizo con la guerra de Crimea en 2014 . Pretende desmembrar a Ucrania como país y derribar su gobierno para instalar un gobierno cercano a sus intereses". Además, añadió el director del CIDOB, "se está viendo que el Kremlin tampoco quiere que la Unión Europa exista , y que no exista como blog unido, y por eso busca su desestabilización. El conflicto también pretende impedir que Ucrania entre a formar parte de la UE y de la OTAN”.

¿Cuál será el papel de Europa?

Ante esta situación, Pol Morillas admitió que "Europa siempre ha demostrado dificultades para enfrentarse a escenarios de crisis que no son propios de su capacidad de acción exterior. La UE siempre ha basado su acción exterior con una lógica de superación de los conflictos pero no de participación de los conflictos, aunque afortunadamente estamos viendo algunos cambios interesantes en relación con Rusia".

Cambios que se están produciendo, sobre todo, en el ámbito de la geoeconomía, subrayó la profesora Patricia García-Durán. "Hasta ahora, la estrategia de Europa era mantenerse al margen de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, aunque sin renunciar a utilizar el comercio como un elemento de política exterior, en determinadas situaciones, desde el punto La UE está actuando con sanciones económicas contra Rusia como forma de presión para que abandone Ucrania, además la UE se está dotando de un sistema para imponer sanciones económicas a terceros sin que sea necesario tomar estas decisiones con la unanimidad de todos los estados miembros de la UE".

Todos los ponentes coincidieron en que esta guerra nos hará plantear el papel de Europa en el ámbito de las sanciones económicas y el poder económico, de la seguridad internacional y de su autonomía estratégica respecto a otros actores y potencias como los Estados Unidos.

Sobre la posibilidad de una intervención militar de los países aliados sobre el terreno, Morillas explicó que "según el artículo 5 (*) de la OTAN de defensa colectiva, los países aliados no pueden intervenir porque Ucrania, a pesar de las buenas relaciones que mantienen, todavía no forma parte de la Alianza. En cambio, sí que se podría dar la posibilidad mediante el artículo 4 que establece la defensa de "la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de los aliados" si se sienten amenazados, lo que podría considerarse teniendo en cuenta que el conflicto se produce muy cerca de las fronteras con Polonia y de otros aliados de la OTAN".

Por último, Jaume Masdeu, defendió que a pesar de todo "hay que ser optimistas y creer que lo vamos a superar con sanciones y medidas de presión para detener la guerra y hacer desistir a Putin de sus intenciones de instaurar un nuevo régimen en Ucrania".

También Josep M. Lloveras se mostró esperanzado en que, a pesar de que Europa ha sido incapaz de detener una segunda guerra en el continente, la crisis actual sirva para hacer frente a los retos pendientes. "Es urgente reforzar la política exterior europea de seguridad y defensa", concluyó Lloveras, con el mismo llamamiento lanzado al principio del acto por el director de la Fundación Catalunya Europa, Pau Mas. La mesa redonda cerró el ciclo de debates "¿Qué Europa queremos?", pero abrió muchos interrogantes que, seguro, habrá que seguir analizando.

(*) Artículo 5. Las partes convienen que un ataque armado contra una o contra diversas, acaecido en Europa o en Norteamérica, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas y, en consecuencia, acuerdan que si ese ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas, asistirá la parte o partes así atacadas, adoptando seguidamente, individualmente y de acuerdo con las demás partes, las medidas que considere necesarias, incluso el uso de la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad en la región del Atlántico Norte.



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