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La respuesta a las múltiples crisis de Europa pasa por una Unión más integrada y verde



Los ponentes del debate "More Europe, More Green" reclaman una Unión Fiscal para asegurar el futuro de la UE. También creen que la Unión debe liderar la transición hacia una economía libre de emisiones.

"Retirarse a las fronteras nacionales no es la respuesta. Algunos juegan con el miedo, pero no hay muralla que nos pueda proteger los males del mundo. Nuestra esperanza es afrontarlos con la democracia [y en Europa] ". Para Philippe Lamberts, co-presidente del grupo Verdes / Alianza Libre Europea en el Parlamento Europeo, la única manera de responder las crisis -económica, ambiental, de los refugiados- del continente es profundizar en la integración europea, y en la democratización de la UE . Las Instituciones comunitarias, además, deberían estimular la transición hacia una economía libre de emisiones. Estas son algunas de las ideas que Lamberts puso ayer sobre la mesa el debate "More Europe, More Green", organizado por la Fundación Catalunya Europa y el grupo Verdes / Alianza Libre Europea.

El debate, celebrado en la Representación de la Comisión Europea en Barcelona, ??contó con la participación de Ernest Maragall y Ernest Urtasun, miembros del Grupo Parlamentario de los Verdes. También participaron Jordi Angusto, economista y asesor de la Fundación; y Frederic Ximeno, biólogo y director de desarrollo de negocio en el Estudio Ramon Folch. Los eurodiputados alertaron contra los riesgos que afronta la Unión. Uno de ellos, apuntó Maragall, es que "actúe de manera poco racional", ofreciendo soluciones a corto plazo para problemas que requieren respuestas a largo plazo, como el cambio climático. Otro, relacionado con el anterior, es el de la propia legitimidad del proyecto comunitario. "El otro día estaba en la radio, y alguien me preguntó si hacía falta más o menos Europa. La conciencia europea está en juego", advirtió Urtasun.

La propia legitimidad del proyecto comunitario está en juego para el funcionamiento de la Unión Monetaria, apuntó Angusto. Con el inicio de la crisis, la respuesta de las Instituciones comunitarias pasó por una política de austeridad generalizada. Esta sirvió para aumentar la competitividad del sur de Europa donde, a diferencia de Alemania, los salarios habían aumentado. Tal política, sin embargo, no vino acompañada de inversiones en los países donde el déficit es menor, como "Holanda y Alemania". Acciones que habrían podido romper con el círculo vicioso entre despidos, baja demanda, menores inversiones y paro creciente. La consecuencia es "una carrera a la baja, un escenario donde nadie quiere invertir y el resultado es una recesión global". La conclusión es clara, para Angusto: "Sin Unión Fiscal la Unión Monetaria no funcionará".

Como se puede llevar a la práctica la Unión Fiscal? Por Lamberts, la clave pasa por mostrar a la ciudadanía que "la soberanía nacional no funciona" a la hora de dar respuestas a los problemas que afrontan los países europeos. Según el eurodiputado, ejemplos como Ikea "son el caso" de que los retos actuales se deben afrontar a escala comunitaria: "[Con el Country-by-Country Reporting, la obligación de las empresas a informar de las actividades que llevan a cabo en cada país de la Unión] conocemos los beneficios que obtienen las empresas sin importar su contabilidad. Si la aplicamos, con un impuesto mínimo del 25%, sólo tendrán dos opciones: o cumplir con las normas comunes o marchar. Ikea obtiene el 60% de sus ventas de Europa. Saldrá? No lo creo". La evidencia, por tanto, apoya una mayor integración. Y los ciudadanos están preparados para aceptarla. La clave está en "liderar" y convencer a la población. Alejarla de la tentación populista que ha crecido, explicó el eurodiputado, por las "elecciones políticas" que favorecieron, desde los años 80, la reducción del Estado del Bienestar y empobrecieron la gente.

El papel de la Unión es igualmente clave para favorecer la transición energética, aseguró Lamberts. Más aún cuando, según explicó el biólogo Frederic Ximeno, los mecanismos de mercado no están impulsándola: "La UE preveía que el precio del petróleo creciera hasta alcanzar los 100 dólares por barril brent, entonces las energías verdes pasarían a ser competitivas. Esto ya no es así. Se encuentra en 40 dólares, y el futuro es incierto". La industria del automóvil, que ha optado por el fraude de las emisiones, y la respuesta del Parlamento Europeo, que "ha debilitado los objetivos de emisión", son otro ejemplo. Como también lo es la escasa eficacia de la directiva de eficiencia energética, al no ser vinculante.

Ante estos antecedentes, Lamberts puso la Unión Europea en el centro del tablero. Las normas comunitarias deben ser vinculados, si quieren tener algún efecto. Y los programas de inversión comunitarios pueden ayudar a consolidar una economía que deje atrás el uso de los combustibles fósiles y apueste por la eficiencia energética. Pero para ello hay que reformar instrumentos de inversión como el Plan Juncker para que prioricen "la transición energética", dejando otros proyectos -como la financiación de escuelas- en manos estatales. "La intervención estatal ha permitido a China hacer actividades de mayor valor añadido. El mercado, por sí solo, no hará la transición energética", apuntó el eurodiputado, quien avanzó que las inversiones en renovables podrían ayudar en el sur de Europa:" Imaginemos que Grecia pudiera ser exportador de energía renovable. Cambiaría su balance ".

Las Instituciones comunitarias, en consecuencia, deben presionar para dejar atrás las industrias basadas en los combustibles fósiles, a la vez que ayudan a la reconversión de sus empleados. "Hay que dar soluciones a los trabajadores del carbón, pero hay que invertir en las renovables", resumió Lamberts, quien criticó el papel de las formaciones tradicionales: "El Partido Popular Europeo y parte de los Socialistas defienden empresas contaminantes, que buscan rentas a corto plazo".

Yanis Varoufakis, un posible aliado

Durante el debate, Lamberts apuntó que la iniciativa Democracy in Europe 2025 liderada por Yanis Varoufakis "obvia que una mayoría [de europeos] sostiene las Instituciones de la UE". Una condición que aún está por ver si se cumple. Y ofreció la mano al ex ministro de finanzas griego para trabajar conjuntamente: "Creo que Varoufakis y yo tenemos enemigos comunes en Europa. Partidarios del statu quo estarían encantados de vernos divididos".




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