Debates

Debate sobre desigualdad y fiscalidad



El debate sobre fiscalidad y desigualdad concluye con un llamamiento a la lucha en favor de la transparencia y contra los vacíos legales que facilitan la elusión fiscal.

"Ahora toca a los Estados demostrar si tienen intención o no de luchar contra la gran evasión fiscal". El economista Jordi Angusto ha avanzado una de las principales conclusiones del debate sobre fiscalidad y desigualdad organizado por la Fundación Catalunya Europa. En la conferencia, celebrada este mediodía en el Colegio de Periodistas, han participado Simona Levi, co-fundadora del grupo de acción social contra la corrupción xnet; Hervé Falciani, alertador de la evasión fiscal y autor de la Lista Falciani; Ernest Maragall, eurodiputado miembro de la Comisión Parlamentaria contra la evasión fiscal y Francesc Mateu, director de Oxfam-Intermon en Cataluña.

Angusto, asesor de la Fundación, ha moderado el debate, que ha contado con la colaboración de xnet y del grupo de The Greens / Europe Free Alliance en el Parlamento Europeo. Y ha lanzado las preguntas que han guiado la discusión: ¿Hasta qué punto los paraísos fiscales gozan del beneplácito de los Estados para el logro de sus propios intereses? ¿La política fiscal sirve para hacer frente a la globalización?

Para Simona Levi la clave está en las Administraciones, las leyes e incluso las costumbres sociales. Mientras eventos como el caso Bankia llenan portadas de periódicos, resta saber si las organizaciones cuentan con mecanismos para facilitar la transparencia. "Es muy fácil poner en presión a los banqueros, pero muy difícil cambiar las Instituciones", recuerda. Hay que mejorar, por ejemplo, "la legislación sobre alertadores en España", porque "con la normativa actual los criminalizamos", recordó. Reivindicó, además, el papel de la gente de la calle: "se debe explicar a la opinión pública que la ciudadanía organizada ha sido quien ha denunciado la corrupción". Recordar el papel de estos actores, apuntó, es fundamental para avanzar en la lucha contra la evasión fiscal.

Buena parte del reto también pasa por compensar las facilidades que las tecnologías de pago modernas ofrecen a quien quiere eludir el compromiso de pagar impuestos, apuntó Herve Falciani. El resultado es un sistema menos transparente, donde las grandes corporaciones terminan controlando la información sobre transacciones financieras. Para hacerle frente, "hay que replicar las tecnologías de pago a escala local" para facilitar "la información básica a todas las partes" y evitar que las grandes corporaciones utilizan la tecnología en favor de la opacidad.

La elusión y la evasión fiscal no sólo son perjudiciales para el mundo desarrollado. También por los países en desarrollo. Esta es la conclusión que ha querido avanzar Francesc Mateu, director de Oxfam-Intermón en Cataluña: "El 65% de los ingresos perdidos en África lo son por elusión fiscal". Añadió el ejemplo de Sierra Leona, país sin recursos públicos para hacer frente al Ébola: "En 2012 seis multinacionales se instalaron en Sierra Leona a cambio de no pagar impuestos". Mateu ha llamado a los Estados a no hacer negocios con empresas que participen de la elusión fiscal en el mundo en desarrollo, aunque este sea el caso de "34 empresas del IBEX 35". También ha recordado, sin embargo, que los Estados deberían hacer frente a sus propias prácticas impositivas: "En España, en función de qué tratamiento hacemos en las empresas, nos podemos considerar un paraíso fiscal".

Aún queda trabajo por hacer, pero. "Estamos amparando que se utilicen mecanismos para aprovechar los resquicios de la legislación vigente. El fraude está legalizado", denunció Ernest Maragall, miembro de la Comisión contra la evasión fiscal en el Parlamento Europeo. A pesar de los avances en la normativa europea - "La regulación de la Comisión Europea sobre impuestos es en buena parte el resultado de la presión del grupo de los verdes [al legislativo comunitario]", ha recordado-, "la obligación de las empresas a reportar en cada país su información fiscal "deja" en manos de los Estados, no de la ciudadanía", la información sobre quién paga impuestos. Para el eurodiputado queda por delante "una batalla durísima", porque cada regulación en favor de la transparencia y contra la evasión fiscal genera una "industria potentísima" contra esta. Maragall ha citado el caso de las Big Four -las grandes auditoras, PWC, Deloitte, Ernst & Young, PWC-. "Es un sector inmenso que se encarga de recibir información sobre nuevas regulaciones, y ver cómo sortearlas". La respuesta pasa por una "nueva regulación fiscal" a nivel mundial y europeo, que se base en "complicidades entre ciudadanía, organizaciones y administraciones".

Jordi Angusto, asesor de la Fundación Catalunya Europa, se ha sumado a la llamada de Maragall, y ha apuntado que la "información sobre la tasación de las empresas en cada país debe estar también en manos de la ciudadanía". También ha apuntado que la legislación actual permite que las multinacionales "paguen sólo después de crecer", cuando les resulta conveniente.

Durante el turno de preguntas, el periodista Andreu Missé, presente entre el público, ha elogiado el papel de xnet -"Sin el trabajo de organizaciones como X-Net la sentencia del Supremo con Bankia no hubiera sido posible, ha apuntado"-. Entre los asistentes ha surgido la duda sobre cómo se pueden conciliar los intereses de los 28 Estados de la Unión Europea, a la hora de coordinar la lucha contra la evasión fiscal. Maragall apuntó que es preferible ir "directamente hacia una fiscalidad común", hacia el establecimiento de impuestos comunes para financiar un "fondo europeo".





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