Barcelona, ??no escapa del fenómeno de la gentrificación, una problemática que afecta a las grandes urbes. La gentrificación ha sido definida definir como el proceso basado en el desplazamiento de los residentes de un barrio o de una zona a otra acompañada de una revalorización de los inmuebles y de una transformación social de los barrios.
Una de las principales causas de la gentrificación es el turismo. Si es sostenible, se puede ver como un punto positivo que puede aportar beneficios a las ciudades. Si no está sometido a ningún tipo de control, lo que hace es expulsar a los habitantes de estas zonas. Según un estudio del Ayuntamiento de Barcelona, ??en el año 2016 había 15.881 apartamentos turísticos, de los cuales 6.275 no tenían licencia de vivienda de uso turístico. El turismo, es en gran parte lo que hace aumentar de manera tan desorbitada los precios de los alquileres en Barcelona.
A partir de los datos de migración interna en la ciudad de Barcelona (2016) podemos ver como a los distritos más céntricos, es decir, Ciutat Vella, Eixample y Gracia es donde se focaliza el mayor número de habitantes expulsados: según estos datos el Eixample perdió 1.417 vecinos y Ciutat Vella 1.280 vecinos, que representa, en proporción, el barrio con una mayor pérdida, llegando al 1,28% del total de habitantes (-1,28%). Distritos como Horta-Guinardó o Nou Barris, se han convertido en zonas de recepción de toda esta población. Las cifras así nos lo muestran: Horta Guinardó encabezaba la lista con una ganancia de 1.032 habitantes, seguida de Nou Barris (707 habitantes) o Sant Andreu (567 habitantes), algunos de los ejemplos más notorios en 2016. Cabe decir que Les Corts fue el distrito donde el saldo restó casi neutro (-59). La tendencia, pues, es esta expulsión que se produce desde los barrios que forman el centro de la ciudad de Barcelona hacia zonas más alejadas y que forman parte de sus alrededores.
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