El politólogo Jacob Hacker argumenta que hay que poner énfasis en la lucha contra el origen de la desigualdad social, es decir, en la regulación de los mercados y la calidad institucional de las políticas públicas, en vez de concentrarse únicamente en combatir los efectos de ésta, como se ha hecho durante las últimas décadas en los países desarrollados, con políticas redistributivas. Según Hacker las principales causas de la desigualdad, y que nos han llevado a una situación de "winner takes all politics" son principalmente la desregulación del sector financiero y el descenso de la actividad sindical, que han puesto más impedimentos a la movilidad social. Hacker propone un enfoque diferente del sistema económico predominante en los países desarrollados, donde las políticas redistributivas funcionarían como complemento de políticas predistributives. Hacker define la predistribución como "la idea de que el estado debería intentar prevenir las desigualdades antes de que se produzcan, en vez de basarse en la redistribución a través de un sistema impositivo para combatir las desigualdades uno como ya son visibles" . Este concepto, así como las condiciones necesarias para que el sistema funcione, son desarrolladas a lo largo de este documento.